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A los pueblos y gobiernos del mundo:
Hermanas y Hermanos:
No morirá la flor de la palabra. Podrá morir el rostro oculto de quien la nombra hoy, pero la palabra que vino desde el fondo de la historia y de la tierra ya no podrá ser arrancada por la soberbia del poder.
Nosotros nacimos de la noche. En ella vivimos. Moriremos en ella. Pero la luz será mañana para los más, para todos aquellos que hoy lloran la noche, para quienes se niega el día, para quienes es regalo la muerte, para quienes está prohibida la vida. Para todos la luz. Para todos todo. Para nosotros el dolor y la angustia, para nosotros la alegre rebeldía, para nosotros el futuro negado, para nosotros la dignidad insurrecta. Para nosotros nada.
Nuestra lucha es por hacernos escuchar, y el mal gobierno grita soberbia y tapa con cañones sus oídos.
Nuestra lucha es por el hambre, y el mal gobierno regala plomo y papel a los estómagos de nuestros hijos.
Nuestra lucha es por un techo digno, y el mal gobierno destruye nuestra casa y nuestra historia.
Nuestra lucha es por el saber, y el mal gobierno reparte ignorancia y desprecio.
Nuestra lucha es por la tierra, y el mal gobierno ofrece cementerios.
Nuestra lucha es por un trabajo justo y digno, y el mal gobierno compra y vende cuerpos y vergüenzas.
Nuestra lucha es por la vida, y el mal gobierno oferta muerte como futuro.
Nuestra lucha es por el respeto a nuestro derecho a gobernar y gobernarnos, y el mal gobierno impone a los más la ley de los menos.
Nuestra lucha es por la libertad para el pensamiento y el caminar, y el mal gobierno pone cárceles y tumbas.
Nuestra lucha es por la justicia, y el mal gobierno se llena de criminales y asesinos.
Nuestra lucha es por la historia, y el mal gobierno propone olvido.
Nuestra lucha es por la Patria, y el mal gobierno sueña con la bandera y la lengua extranjeras.
Nuestra lucha es por la paz, y el mal gobierno anuncia guerra y destrucción.
Techo, tierra, trabajo, pan, salud, educación, independencia, democracia, libertad, justicia y paz. Estas fueron nuestras banderas en la madrugada de 1994. Estas fueron nuestras demandas en la larga noche de los 500 años. Estas son, hoy, nuestras exigencias.
Emiliano Zapata.
(Manifiesto zapatista en náhuatl).
El General en Jefe del Ejército Libertador del Sur.
Subcomandante Insurgente Marcos
https://palabra.ezln.org.mx/comunicados/1996/1996_01_01_a.htm
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Nos rodearon y extendieron
su miseria verde
en todo nuestro horizonte
Ardió la Tierra, ardieron las vidas
y tuvimos que arrancar del fuego
El cielo era negro
mientras se quemaban las casas,
las siembras, las bodegas, los animales
Las familias campesinas lo perdieron todo
y el miedo se hizo
carne, sangre, lágrimas, cenizas
Hoy
los culpables de siempre
han vuelto a plantar sus pinos
los culpables de siempre
han vuelto a plantar sus eucas
Porque ni las forestales
ni el estado terrorista
saben de miedo ni de dolor
ni de lágrimas ni despojos
Nuestro horizonte está infestado
se seca la Tierra
perdemos el agua
y el fuego algún día volverá
y el fuego algún día volverá.
Poesía escrita y leída
por Dominga Marina
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